CONSTRUYENDO MI NOVELA

Hola amigos. Tengo el placer de anunciar, aunque los más allegados ya lo sepan, que llevo varios meses escribiendo mi primera novela. A lo largo de mi vida he escrito varios artículos para revistas, pequeñas historias de terror para magazines, guiones para cortometrajes, y este año he publicado mi primer libro, «Mi gran viaje a los 40», del que estoy muy contento por su volumen de ventas. Pero ahora, toca el turno a una novela. ¿Quieres saber de qué va?

Yo la definiría como una tragicomedia surrealista.  Un road-book.  Para lanzar otras frases que la describan diría que es un viaje a ninguna parte.  Es la historia de un perdedor.  Un hombre que lo pierde todo y desde lo más hondo encuentra otro motivo para vivir.  Aunque su problema y su objetivo durante el libro es recordar cual es éste, ya que ha perdido completamente su memoria.

Sí. Empieza la historia por la mitad, con el protagonista apaleado, perdido en medio de Estados Unidos, sin documentación y sin memoria.  Poco a poco, este personaje tendrá que ir haciendo un gran esfuerzo para recordar su pasado más inmediato y su pasado más lejano, sus orígenes.  Todo esto con el propósito de averiguar qué hace tan lejos de casa y cuál es su destino.  A veces, en la vida, tenemos que retroceder unos pasos para reencontrar nuestro camino.

Durante este viaje, que cabalga entre Lleida (España) y el sur de Estados Unidos, nuestro protagonista conocerá estrafalarios personajes y se verá envuelto en las situaciones más surrealistas.  Pero cada una de las cosas que le ocurran le ayudarán a ir recopilando piezas de ese rompecabezas que conforma su memoria.

A veces, mis amigos me preguntan: ¿qué proceso sigues para escribir? ¿de qué manera construyes la historia?  He de confesar que toda la trama principal la ideé en un solo día.  Durante unas horas, para ser más concreto, construí el esqueleto base para saber cómo era el protagonista, cuál era su historia y cómo terminaría.  A partir de aquí, mi trabajo ha sido como rellenar un pavo.  Ir metiendo ingredientes para dar sabor al plato.  Acoplar personajes y pequeñas historias para enriquecer esa trama principal.

Y es que me encantan los perdedores.  Esos protagonistas antihéroes que les ocurre de todo y más.  También las situaciones extrañas, los tipos raros y el humor negro.  Todos estos, podría decir, que son los componentes de mi novela, aún sin título.  A veces el título aparece en sus comienzos, pero otras aparece hacia el final.  Y sin ninguna prisa, hay que esperar a que el título llegue por sí solo.  Que el día menos esperado llame a tu puerta, abras y lo reconozcas de inmediato: «Ese es mi título».

Muchas gracias a todos aquellos que me preguntan por este segundo libro y que demuestran un interés por leerlo en cuanto aparezca.  Está previsto que entre enero y febrero vea por fin la luz.  Os mantendré informados.