SOBRELLEVAR LOS 40

Ya hace más de 1.000 días que tengo 40 años y aún estoy en período de adaptación. Sé que algunos dirán que no hay para tanto y que uno debe sentirse joven por dentro.  Pero ese, precisamente, no es el problema.  Podemos sentirnos todo lo jóvenes que queramos, pero la verdad es que ya nos encontramos en otra fase de la vida. O como algún forofo del fútbol me ha dicho, en la segunda parte del partido.

Tener 40 significa levantarte cada vez más temprano sin saber por qué y asustarse cada vez más cuando te acercas al espejo del cuarto de baño.

Tener 40 significa que te duela alguna parte del cuerpo cuando saltas 4 escaleras de golpe. Antes no pasaba.

Tener 40 significa no poder comer lo que quieres y beber la mitad de alcohol de lo que antes bebías.

Tener 40 significa sentirte incómodo al cabo de un rato en una silla normal cuando antes te sentabas en el suelo con las piernas cruzadas sin que se durmiesen.

Tener 40 significa acentuar más tus manías y defectos.  Lo peor de todo es que eres consciente de ello y no puedes hacer nada para remediarlo.

Tener 40 significa gruñir cuando ves gente joven haciendo según qué, cuando antes eras tú quien lo hacía.

Tener 40 significa oír como un chico de 20 se dirige a tí de usted, aunque tú te sientas incluso más joven que él.

Tener 40 significa mantener esa foto de unos años atrás en tu perfil de facebook o twitter porque ya no te gustas nada en las fotos de ahora.

Tener 40 significa sentirte cada vez más fuera de lugar en una tienda de video-juegos.

Tener 40 significa ver como generaciones posteriores dominan mucho mejor lo más novedoso y actual, cuando tú aún estás intentando comprender lo que apareció hace 1 año.

Tener 40 significa ver menos jóvenes a tu alrededor cuando te sientas a ver una película en el cine.

Tener 40 significa que antes los villanos que conocías se llamaban Lex Luthor, Jocker y Doctor Octopus, y ahora se llaman Colesterol, Próstata y Vista Cansada.

Tener 40 significa no estar al día de música porque tu disco duro mental está llenos de grandes éxitos de los 70, 80 y 90.

Tener 40 significa soltar una lagrimita cuando ves un muñeco de Mazinger Z, una bicicleta Orbea o un pote de Blandiblú.  Incluso cuando oyes por la calle a alguien saludar así: ¿Cómo están ustedeeeeeees?

Tener 40 significa ver como los ídolos de tu infancia van cayendo como moscas.  La cinta corredera hacia el foso es lenta pero imparable.  Unos detrás de otro, pero todos seguimos el mismo camino.

Tener 40 significa mirar hacia atrás y ver que has recorrido la misma extensión de camino que lo que te queda por delante.  Con un poco de suerte, claro.

Tener 40 significa empezar a pensar, sin que nos guste, en planes de pensiones, seguros de salud o años cotizados en la seguridad social.

Tener 40 significa ver pelear a diario tu yo infantil y tu yo adulto para ver quien de los dos tiene razón. Queremos que gane el yo infantil, pero cada vez tiene más razón el yo adulto, aunque nos pese.

Tener 40 significa ver el mundo cada vez más pequeño y menos mágico.  Como a veces digo, antes veíamos el decorado por la parte de delante, y ahora hemos descubierto que por detrás, el decorado se aguanta de cualquier manera y es bastante feo.

Tener 40 significa estar oyendo constantemente cuando se habla de la edad, aquello de:  !Lo importante es cumplirlos!  Pero no tan rápido joder, pienso yo.

Tener 40 significa aprender que deberíamos haber tenido sueños más grandes, porque ahora sabemos que te quedas a la mitad del camino.

Aún así, no nos queda más remedio que vivir con ello y tomarse con humor el hecho de que cada vez andaremos más lentos, más encorvados y más torpes, así que tendremos que sobrellevarlo de la mejor forma posible. De todos modos, no me hagáis mucho caso, sed felices y punto.