LA DISTRIBUCIÓN DEL AUTOEDITADO

Permitidme, colegas escritores auto editados, que deje en estas lineas un consejo sobre la distribución de nuestros libros. Según mi experiencia a la hora de dejarlos en librerías no es tan importante la cantidad si no la calidad de los puntos de venta.

Con gran esfuerzo, pero ilusionados, escribimos nuestras obras. Unos estamos meses, otros años, pero cuando nos llegan los ejemplares a casa se culmina un momento mágico mientras palpamos aquellas tapas que protegen nuestras creaciones. Ahora ya tenemos 100, 300 o 500 libros en nuestra casa y es momento de que lleguen al lector.

No podemos olvidarnos de las presentaciones, actividad imprescindible de la que tenemos que estar preparados para cualquier tipo de resultado. He tenido presentaciones que han sido un éxito tanto de asistencia como de ventas, pero también he realizado presentaciones con la única presencia de un insecto volando sobre mi cabeza. Las presentaciones son así. Pueden ser satisfactorias pero también decepcionantes. De todas formas, se deben hacer.

La venta entre familiares, conocidos y algún que otro fan desperdigado también forma parte de la etapa de distribución de nuestra obra. Al igual que las ferias de libros, o incluso ferias generalizadas (animo a asistir a todo tipo de ferias, nunca se sabe) donde si somos hábiles con la lengua y caemos simpáticos, pueden caer varias ventas.

En cuanto a la presencia de nuestro libro es las estanterías de las librerías quisiera propagar el siguiente consejo (verdadero motivo de mi artículo): Es preferible menos librerías pero con buen trato.

Me explico: Al ser nosotros mismos quienes tenemos que recorrer los establecimientos del sector, es mejor que en cada una de ellas, donde expongan tu obra, lo hagan de la mejor manera. La librería que me coloca el libro de forma que no se vea la tapa prefiero retirárselo. Sólo dejo mi libro en aquellos lugares que, con toda la educación posible por mi parte, satisfacen mis humildes exigencias. Siempre con un tono amigable y cordial, pero intento que:

– El libro esté en un lugar visible.

– Explicarles de qué va para que puedan aconsejarlo.

– Acompañar el libro de algún cartel, pequeño expositor de sobremesa o, como mínimo, dejar marcapáginas para regalar a los posibles lectores.

Caer simpáticos a los libreros es el principal objetivo que nos debemos marcar, ya que es muy diferente que no se acuerden de tu libro y lo tengan en un rincón escondido, a que se vea bien incluso lo recomienden. Por eso digo que mejor que esté en pocas librerías y bien considerado que muchas y prácticamente invisible.

Otro consejo extra sería buscar puntos de venta fuera de las librerías, como agencias de viaje para los libros de viaje, una floristería para un libro floral, un restaurante para un libro de cocina, etc. Pero eso ya nos ocuparía un nuevo artículo.

¡Mucha suerte y muchas ventas amigos escritores!